La exposición MIRADES en abril del año 15 se celebra en Alcoi con un catálogo presentado por Román de la Calle y con textos míos que tratan de explicar, una vez más, la aventura fotográfica de mi hijo por las tierras de Marruecos y mi intervención pictórica acompañando los rostros de niños, mujeres y hombres que nos siguen mirando. Son imágenes congeladas en el tiempo. Sólo eso imágenes, que por la magia de la fotografía y los distintos lenguajes del arte podemos seguir gozando. La realidad es otra.
El proyecto MIRADAS es
una conjunción de circunstancias favorables, una puesta en común de dos maneras
de entender el arte. Por una parte y como centro impulsor de la idea, la
fotografía, o sea imágenes almacenadas en una cámara y por supuesto en la memoria
del que las hizo. Por otra, el significado que, ayudado por la distancia,
transmitió en la pintora la emoción y los sentimientos que los modelos
circunstanciales reflejan en sus
miradas. Ellos se quedaron allí y las imágenes por medio de la magia de la
fotografía nos siguen mirando, como nosotros a ellas.
Están
obtenidas en Marruecos, donde a Diego le
gusta regresar siempre con su cámara, y con ella y su “saber hacer” consigue
que le miren de esas distintas maneras: desde la incertidumbre, la sorpresa, la
inocencia, la curiosidad..también la tristeza ante el espejo.
Mª Luisa, su
madre pintora, acompañó esas miradas con sus trazos, su color, haciéndonos
reflexionar y recordándonos que son imágenes lo que vemos, copias de unos
referentes humanos, engaños visuales, en definitiva. Pero ahí estriba lo
emocionante del arte, al ver, al mirar, percibimos, y nos hacemos conscientes
de otra realidad transmitida por éste.
El conjunto
de los dípticos y trípticos tienen la proporción áurea, tratando de acercarse a
la perfección estética que los artistas clásicos nos transmitieron, buscando,
que la armonía constituya una razón más de este proyecto
María Luisa Pérez
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